13 de noviembre de 2011

Tus nombres.

Siempre me gustaron tus nombres; porque fueron consistentes y de rotunda verdad.
Recuerdo el aire que respiré, un vaho primaveral después de la lluvia que hipnotizó mis sentidos. Siempre recuerdo tus manos y tus labios.
Desde que te conocí, recordé que el mundo gira y las perspectivas que voy dejando, voy haciéndome nómade en cada esquina de este cántaro que algunos llamamos vida.
Aprendí a encontrarte en canciones; o me enseñaste a que podrás ser eterno.
Siempre me gustaron tus nombres porque cada nombre ha sido una parte mi alma y lo sigue siendo.
Te llamaste como un poeta, como un soñador, como alguien que dejó vestigios de amor en cada una de las esquinas en las que nos conocimos.

2 comentarios:

Fernando Ponce Aramburu dijo...

Por momentos creo que leo, algo que me gustaria tener el talento depoder plasmarlo asi, Excelente.

María una palabra sin dueño dijo...

Cuando el nombre y el mundo se rodea de un solo nombre pareciera que vivimos en un nuevo mundo.
Buen escrito