13 de enero de 2010

Nota de la Autora. - (Próximamente Primera Edicón. - Febrero 2010.)

La Metáfora No Se Mancha no es un libro. Cuando me preguntan qué suelo escribir, no encuentro ni poesía ni texto, ni ensayo, ni escrito para definirlo. Abrazo el “todo aquello que quise y quiero decir”. Y me quedo con eso.

Un día llegué cansada de caminar, con los pies ajustados a los zapatos, que me apretaron tanto que entonces decidí descalzarme. Esa ínfima y, a la vez, eterna sensación de tocar el suelo quise contarla. Porque creí por un instante que había alguna forma posible de transmitirlo. La Metáfora… es la voz reinventada de una mañana cualquiera de nuestra infancia, es la nostalgia de lo que pudimos vivir, de lo que nos contaron, de cada melodía que se pierde en nuestros ojos cuando le ponemos nuestra historia, de cada instante, intenso, sublime, pequeño, pero que grita y grita con fuerza porque había que decirlo, había que pintarlo, había que escucharlo.

La Metáfora No Se Mancha comenzó hace cuatro años como una pila de voces ordenadas, colgadas, subidas, posteadas en forma cronológica en un blog que lleva su nombre. Luego, fuimos (mi imaginación y yo) combinando textos con dibujos y pinturas que he hecho a lo largo de muchos años y así se los presento.

Hoy las voces explotaron, decidieron desordenarse, romper las reglas, subirse a la mirada del abrir la Metáfora… en una página cualquiera y brindarte ese abrazo de lo espontáneo, de lo desintencionado con esa fuerza que nos ayude por un rato a creer que hay otro mundo posible, siempre que tengamos algo por decir.

Insisto. No es un libro. La palabra libro le corta las alas a lo que te quiero contar. La Metáfora… es sentir.

Y como muchas cosas que sentimos, deseo que lo reinventes cada vez que decidas abrir estas páginas y así volar conmigo.


Ceci.
La Plata, 12 de enero del 2010.

No hay comentarios.: