Luego de bordar ideas recuperadas del viento, al abrir mis brazos, al callar mi alma. Luego de allí, parece que se han caído cosas, y al girar, todo parece quedar intacto.
Monté mi caballo con un destino incierto; duro y ligero su correr. Cuando ya estuve desierto adentro, me detuve, caminé algunos pasos, abrí mis brazos, de nuevo al viento y grité:
- Vengan hombrecitos, aquí estoy, ya sé de su misterio. -
Y sin embargo, sigo siendo mala para estas cosas. Una vez que comienzo a ver como se aleja tu espalda, ya entornada la puerta, yo sigo.
Sigo siendo mala para esperar tu regreso.
ceci.
2008
3 comentarios:
he ahi el dilema...
ser como penélope y esperar tejiendo y deshaciendo?
o... tomar la etimologia de la palabra textere y usar su significación de texto y no tejido... y comenzar a escribir en la espera... Y al final estaremos tejiendo igual, tejiendo textos en la espera...
me gustaria qe me leyeras y me des tu opinion
cuidate
Malas, malísimas somos. No sé si es posible aprender a esperar con entereza, con paciencia y de buen humor.
Yo confío, secretamente, en que mientras esperamos con impaciencia y nos damos contra la pared una y mil veces, nos encontraremos quizás, quien sabe, con alguien que nos haga olvidar la espera, con alguien que llegue sin plazos, de golpe...
Algo así como que sin saber cómo ni cuándo, algo te rescata del naufragio, no? ;)
Y comparto con el sr comentarista de arriba: escribir, escribir, hacer tinta de la espera. Y seguir escribiendo.
besos!!
bello... me gustó la idea de ser mala y esperar cuando siempre hemos pensado que esperar de pacientes, de buenos... me gustó la idea del desierto... a veces lo parece, ¿verdad? me encantó.
precioso lugar este...
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