16 de marzo de 2008

montón.

Ella se despedía un montón.
Cerró la puerta y con la palabra montón en sus labios se alejaba.
Volvió al instante, entreabrió la puerta y dijo sonriente: - Un montón.
Y desapareció.
Salió del edificio, y de la ventana se veía su pasar por la vereda.
Fue cuestión de segundos advertirlo, cuando notaron que se acercó a los cristales de la ventana, tapó la vista lateral de sus ojos con sus manos, se apoyó sobre la misma ventana y con su ingenua sonrisa dijo:- Montón.
Ellos sonrieron, bajaron la vista y continuaron sus quehaceres.
Ella los extranó un montón.

ceci. marzo 08

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