23 de septiembre de 2007

Silencio

Me despierto una mañana, sola, sin despertador, con solo la luz del día. Hay algo que agota tanto que hace ruido. Silencio. Quizá algún pajarito, o un perro a lo lejos intentan romper este barullo impecable de lo silencioso- efecto de vivir lejos de la ciudad-. Creo que puedo romperte con ruidos de puertas, o quizá hablándome a mi misma mediante un espejo. Solamente paso y me miro. Busco tu brillo.

Me siento a recordar aquellas mañanas cuando yo era quien intentaba provocar silencio al despertarme, cuando tomaba la leche, me cambiaba y tomaba la mochila para irme, hasta que agarraba las llaves del llavero y un cuarto de segundo antes de descolgarlas sentía un: - ¿te vas sin saludarme?-. Molesta por no haber logrado mi objetivo, respondía con un: – Nos vemos luego-. Beso cálido.

No te puedo regalar ruidos, porque no tengo. Me voy. Cierro el portón fuerte. No hubo ruido, quizá porque nadie lo escucha.

Ceci -Nov '06

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