29 de octubre de 2009

Cosas.

Las corbatas se parecen a los pañuelos y,
talvez, a las bufandas.
Las camisas a las cortinas,
o hasta quizás a un impecable mantel.
La blusas a los sillones,
los aros a los llaveros,
los escarbadientes,
a los fósforos acéfalos.

Los botones, todo un mundo,
en el ascensor o en tu pantalón.
Los broches, tijeras sin filo.
El ómnibus aquel,
barco que nada en un mar seco,
que olvidó llevar a sus peces
pero en cambio sí llevó sus memorias.

El ratón, al teléfono.
La bicicleta y el abrelatas.
Las polleras a los strapless,
Los zapatos a los botes,
El puré de papas al revoque,
El silencio al éter de mis oídos.

Los mapas como ficheros,
Los pañuelos de narices a las carpetas,
el florero, un vaso feo.

Los sobres a las servilletas.
Las canicas a los planetas,
Los faroles a los chupetines,

La sonrisas son lindas canciones.
Sin metáfora y diciendo sin decir;
cosas que se parecen a otras,
pero jamás me devuelven a ti.


ceci
oct.2009

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