Quiero escribir un poema,
pero soy - por estos días - tan feliz
que temo arruinarlo todo.
La explosión que guardo debajo de mi piel,
se transforma revolución para mi risa,
y de tan justa – por estos días- que es la felicidad,
laten - sin fin - mis ganas de llorar.
La dosis justa,
la gota de transparencia que bebo de ti;
las ganas, la lluvia estival,
el abrazo – lento y sutil- que aparece inesperado.
La mirada con pupilas desnudas,
sin respuestas,
porque no hubieron preguntas.
El contacto de una guitarra,
que quizás se rompe,
pero Jaime – maestro – sigue cantando,
sigue cantando.
El silencio, la risa, la piel,
la semicorchea que dio el detalle impecable
al aire desde que comenzamos a bailar,
a cantar, a bailar y a cantar.
La explosión que guardo debajo de mi piel,
se dibuja – esta vez – con colores de melodías
que nos conmueven,
con abrazos que creímos perdidos.
Nada se pierde me han dicho alguna vez.
Quizás se transforma en una flor,
y con su aroma inundará el aire
y así también las calles que nos verán caminar.
Quise escribir un poema,
pero soy - sobretodo en estos días- tan torpe
que temo escribir sin escribir.
ceci