24 de enero de 2009

La Buena Suerte (I)

Dicen que la buena suerte hay que buscarla, poniendo actitud, también dicen que no, que hay que hacerse la desinteresada y la buena suerte te busca. En fin, lo que me plantearía es a qué llamamos buena suerte. Puede que muchas cosas ya hayan tomado su sabor relativo hace rato.

En fin, hoy quisiera hacer un alto, una pavada tal vez que merece un análisis, o bien un repaso.

Es que yo digo que estoy loca, pero jurote que esto me pasa a mí. Estoy predispuesta a que la buena suerte me encuentra siempre. ¿será?

Bien, como Alertas Google es re botón (mucho más botón que facebook), omitiré nombres y demasiadas detalles en las referencias, ya que el fin es contar la anécdota y no exponer la vida propia y ajena.

(Igualmente, no creo que Gerardo Rozín esté desvelado por las noches por lo que escribí en Posta (ii) de él como periodista, o que Cristian Castro esté buscando nuevo manager.. en fin.)

Cuestión que hubo un viernes por la noche, que volvía de Aeroparque en taxi hasta la parada de micro allí frente al cinco estrellas. Me puse a esperar con mi superalijita y mientras (siempre mis ojos buscan poesía urbana) miraba y miraba para todos lados.

Mientras tanto pensaba que no me da miedo estar a esas horas esperando en la ciudad. Era casi la medianoche.

Al grano.

Resulta que una voz me dice “disculpame…” y me sobresalté.
Antes de seguir, el muchacho se disculpó por haberme asustado y me preguntó si tenía en mi poder algún pasaje de más para venderle porque los puestos estaban cerrados por el horario.

- Mirá que suerte que tenés. Justo tengo uno de más. – le dije. Y se lo vendí.

- Muchas gracias, me re salvaste. El otro dia le vendí uno a una viejita, y yo despues pensaba que ojalá me pase al revés algún día.- me dijo contento y aliviado por no tener que ir hasta la Terminal buscarlo.

- Viste, las buenas acciones siempre vuelven. – dije muy segura.

Sonrió.

Allí fue cuando me detuve petrificando mi yugular. Y luego pensé:“ceci, no empieces a limarla”.

Al menos no tan temprano. Porque viste que yo había hecho un pacto de no delirar tanto en público y solo testimoniar mis delirios (solo los finos ¿?) aquí. Pero bueno, vale el intento, vale la llamada de atención de mis ángeles “racionales y correctos” de la guarda.

Con el muchacho, por cierto muy simpático, charlamos todo el viaje y me contaba que es actor reparto en una obra de comedia musical en un very very important teatro de la calle corrientes. “Si, claro” pensaba yo, ya que no me preocupé tanto por si era verdad o mentira o que. Pero me caía bien conversar con el porque me hacia acordar a mi amigo Nacho, por su forma de hablar. Cuestión es que tal vez por agradecimiento, me ofreció dos invitaciones para que vaya con quien quiera a ver la obra teatral en la que actúa, en la calle Corrientes.

El jueves fui con Agustina. Fue una salida muy copada, entramos gratis a ver la obra, siendo que sale sesenta pesos cada una, para el público general. La comedia estuvo muy linda: había cuatro figuras muy conocidas del espectáculo como protagonistas, muy bien actuada, y entre los actores del elenco estaba el muchacho al que le vendí el pasaje de micro.

Es relativo decir que soy suertuda (como el gato de Alf), pero con seguridad te puedo decir que tuvimos una hermosa salida en una linda noche de verano, con Agus; que hace mucho no salíamos.
Y eso me hace ser muy afortunada.


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ene09