13 de junio de 2008

Ahora

Ahora, que sé que no hay verdades detrás de ti,
que aquello que me llevo como cierto
es nuestro tiempo juntos vivido;
de caricias antes de la siesta,
luego del sol como consecuencia de una larga lluvia.

Ahora, que respiro brisas de viejos amores,
que aquello que conozco sobre tu cuerpo y sus bondades
lo importé al tocarte;
intensamente, con suavidad,
con ganas, con ilusión;
con mis brazos abiertos, con mis brazos cerrados,
preocupados, inciertos;
siempre con la tímida redondez de las yemas de mis dedos
emanando el fuego que encendías,
ardiendo para una noche más de amor,
de bellas melodías.
¿las recuerdas?

Ahora que Poeta y Aldeano está de moda
en las cartillas de los lugares que frecuento,
y me lleno de nostalgia de aquellos largos ratos,
noches de corazones ejecutados;
ahora, que capto nuestros silencios,
veo allí las tardes de verano que salía a buscarte;
que añoro aquel día que llegaste a casa,
con el alma rota de amores que te han dejado,
solo y dispuesto a mí.

Ahora que llegamos a acostumbrarnos,
a mimarnos de a ratos,
a armar esculturas sonoras contigo.
Ahora, que me detengo y te pegas a mi alma,
aunque por un tiempo hayamos callado.

Ahora que no te digo adiós,
aunque hayan pasado los años;
de cuando recordábamos con nuestro impulso
los tiempos del Romanticismo:
empapados de bohemia
de aquel incomprendido que supe comprender.
Ahora que vuelvo a hacer el amor contigo,
ahora, que lo más importante es que sonrío
porque nunca, nunca jamás olvidé;
que repaso mis bemoles,
ahora que es ahora.

Ahora, quiero volver a encontrarte,
jugar, como cuando niña, a ser grande,
y divertirme en esos instantes que suelo ser yo,
de pies descalzos, de almas desnudas,
de ojos con brillo, de ventanas inmensas,
de compases e instantes soñados.
Al menos breve en mi jornada,
quiero que estemos juntos, otra vez.
Te regalo un costoso arpegio,
mejor dicho un improvisado poema
como esos cuando mis meñiques apenas llegan.

Más que un gran amigo, mi mejor amante,
mi dulce verdad: firme allí siempre estarás.
Pues, nunca te diré adiós;
a tí, mi querido piano.


ceci 2008

Adiós al piano es una obra de Ludwig van Beethoven, precursor del Romanticismo en la música en Europa.
Poeta y Aldeano es una obertura de Franz von Suppé.

2 comentarios:

Sandrine dijo...

Hola Ceci!! cómo estás?? Qué bueno retomar contacto con vos!!! :) gracias por tu visita...

te mando un beso!!

Anónimo dijo...

seseeeeeeeelea!!!
basta de postear cosas lindas...
afeate un toque...
jajajajaja

no sé cómo darle rienda suelta a mi blog...
creo que necesito tu ayuda de mujer experimentada...

:)

besitos